Bajo el imaginario de la comunidad Mixteca de la costa de Oaxaca, mi abuela me enseñó los pilares que conformaron su realidad; principios demasiado moldeables, dónde la idea de ser persona no es real
El contexto en el cual me he desarrollado, ha generado una hibridación entre el modo de percepción occidental e indígena. Propiciando que mi obra sea una constante investigación del fenómeno de la percepción, como un factor plástico de mi realidad. Mi estancia en la CDMX ha hecho palpable mi imaginario natal. Convirtiéndose no sólo en personajes y formas, el ejercicio pictórico, deforma escenas cotidianas y experiencias de vida, que contrarias a su deformación, son más próximas a mi experiencia y percepción.
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